EDUCACION EN TIEMPOS DE PANDEMIA 2020...
Los invito a leer jóvenes, leer nos despierta la mente, nos educa, es la práctica más importante para el estudio, nos aporta conocimientos, nos da placer, nos interpela, nos enriquece, pero fundamentalmente nos hace mejores personas. Sólo mediante la lectura podemos entender mejor las cosas que nos pasan y talvez también hallemos la respuesta a esas preguntas que nos acompañan siempre.............. (060720)
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OJO CON LAS FAKE NEWS... 150620
Con redes sociales abiertas como Twitter o Facebook todavía puede haber control y hay un equipo de estas grandes firmas dedicado a detectar fake news, sin embargo en comunidades privadas, como WhatsApp, los falsas noticias tienen mucha más cabida. “WhatsApp es uno de los principales canales de difusión de contenido falso porque es el terreno idóneo para hacerlo. No cuenta con verificadores externos y funciona por burbujas de confianza. La gente comparte aquello que les llega de personas de su entorno”. De hecho, es muy habitual que estos días a más de uno le hayan colado un vídeo, un audio o un mensaje falso.Y, por desgracia, una gran cantidad de usuarios los habrá compartido.
En estos casos, lo primero que hay que hacer, según los expertos, es poner toda la información que nos llega en cuarentena. “Hay que desconfiar de aquello que nos llega de una fuente principal desconocida. Si no conocemos la fuente original de donde procede dicha información, es importante contrastarla y buscar si aparece en los medios. “Hay que desconfiar de las noticias tendenciosas o con algún sesgo. Además, a veces se trata de aplicar el sentido común. Si se encuentra una vacuna o un antídoto para el coronavirus, el primer canal de transmisión de ese mensaje no serán las redes sociales, sino el propio Gobierno y los medios de comunicación”, director técnico de Check Point en España y en Portugal. De hecho, Nieva hace hincapié en que las fake news “no son difíciles de verificar, sino de distinguir”.
Es fundamental siempre, pero sobre todo estos días, acudir a fuentes fiables. ¿Y cuáles son esas fuentes? Los expertos en la materia coinciden en que ahora toca tener cierta disciplina informativa y confiar en la información que proviene de los organismos oficiales y de los medios. Pero también es importante el distanciamiento informativo, es decir, alejarnos de la información que nos llega por canales de dudosa procedencia.
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Desde hace 72 días las niñas, los niños y los jóvenes de Colombia no asisten a sus instituciones educativas. Esa orden fue impuesta por el Gobierno a raíz de la emergencia por el COVID-19, que ya suma 21.175 casos confirmados y 727 personas fallecidas en el país. Esta situación, que ha obligado a migrar a clases en línea, soportadas en nuevas tecnologías, podría extenderse hasta agosto. Para entonces, el Ministerio de Educación prevé un modelo de alternancia que disminuya los riesgos de contagio del virus SARS-CoV-2 dentro de colegios y universidades.
Julián de Zubiría,
pedagogo e investigador, es uno de los expertos en educación que ha analizado
estos meses de cambios para los estudiantes y profesores nacionales. El
Espectador habló con él para hacer un balance de la situación “crítica” para
los colegios oficiales, “favorable” para los privados y las instituciones de
educación superior. La programación por televisión diseñada por el Ministerio
de Educación, a su parecer, fracasó y el panorama para volver a los
establecimientos pareciera imposible de cumplir bajo los protocolos de
seguridad recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Hace más de dos meses
los niños y jóvenes abandonaron sus salones de clases. La emergencia por el
coronavirus ha evidenciado profundos vacíos en la educación del país, ¿cuál es
su lectura sobre esta situación?
El coronavirus ha
evidenciado graves problemas en la educación, como la baja calidad y la
inequidad. De allí que la manera como se ha enfrentado la crisis ha sido muy
diferenciada, según los contextos sociales y culturales. El caso de la
educación oficial es realmente grave. Los niños no pudieron pasar a la
virtualidad y la televisión pública está siendo vista tan solo por el 3 % de
los estudiantes. Sin duda, los maestros hacen todo lo posible y se conectan con
sus estudiantes fundamentalmente por el celular y el Whatsapp, pero a eso no se
le puede llamar educación. En el mejor de los casos, es un seguimiento
distante, llevado a cabo con la mejor disposición. Por el contrario, para los
estratos altos el balance es bastante bueno. Son niños que cuentan con
computadores, conectividad y padres que acompañan los procesos. Asimismo, los
colegios ofrecieron conectividad a quienes no la tenían y formaron en tiempos
breves a sus docentes. No obstante, hay que reconocer que la mayoría de niños y
jóvenes no están recibiendo la educación de calidad que requieren.
¿Cómo evalúa la
estrategia del Ministerio de Educación de recurrir a la televisión durante la
cuarentena?
Ante la ausencia de la
conectividad para la mayoría de estudiantes, la televisión era el medio más
adecuado para sortear la crisis. Así lo han entendido la mayoría de países en
el mundo. Desafortunadamente el balance es muy poco satisfactorio en Colombia.
Hubo muy poca participación de la comunidad educativa y de las entidades
regionales. Fue un grave error no llamar a expertos de la televisión y la
cultura, como tampoco a profesores o rectores. Ese modelo de trabajo del
Ministerio es muy poco participativo y sus resultados tienden a ser negativos.
Por eso se está utilizando muy poco. Si pusieran a los jóvenes a debatir sobre
dilemas éticos, políticos, sociales o ecológicos contemporáneos, serían
programas con audiencias muy altas. Hasta ahora solo tres de cada 100
estudiantes están utilizando la programación educativa. Para superar el
problema hay que convocar a la comunidad, para que sean quienes conocen a los
niños y jóvenes los que decidan qué se debe programar para cada uno de los
ciclos del desarrollo en cada una de las áreas.
¿Cuál es el defecto
que usted encuentra en esa programación?
Se podría hacer muy
buena televisión si se consultara a los expertos y los profesores de las
diversas áreas y ciclos. La actual televisión educativa fue diseñada con muy
poco criterio pedagógico. Fue decidida por funcionarios públicos que no conocen
a los niños y jóvenes actuales. Para convocar a los jóvenes hay que formular
debates y reflexiones frente a dilemas de diferente naturaleza, y ojalá que
ellos mismos participen de las discusiones.
¿Qué tan cierto es que
las niñas, niños y jóvenes son nativos digitales? Profesores y directivos
hablan de un mito alrededor de esta creencia.
Es un mito que tiene
relativamente poco sustento en la realidad. Los niños y los jóvenes son
operadores de la tecnología, pero en general entienden poco de su naturaleza,
por eso caen fácilmente en las falsas noticias. Estudios sostienen que nueve de
cada diez jóvenes creen que lo que está en internet es cierto, cuando todos
sabemos que no es así. Conceptualmente no la han estudiado, no han sido
formados en eso. En el sentido estricto, no son nativos digitales. Han usado la
tecnología para sus interacciones sociales, pero no con fines académicos ni
formativos. Al menos no en la mayoría de los casos.
Una de las urgencias
al migrar a esta educación remota fue capacitar a los profesores que aún no
estaban preparados para las nuevas tecnologías.
El problema es más pedagógico que tecnológico. Es frecuente presuponer que es necesario una alta formación tecnológica por parte de los profesores para responder a la virtualidad. Sin embargo, las plataformas son muy amigables y, con una buena orientación, la mayoría de docentes podría desenvolverse sin mayor dificultad. El problema es que como los profesores en la presencialidad les han dado tanto énfasis a las informaciones y a los aprendizajes rutinarios, en la virtualidad son muy visibles estos errores. Cuando un profesor es competente y trabaja bien en el aula presencial, es común que en la virtualidad funcione bastante bien, siempre y cuando haya propósitos y contenidos pertinentes y contextualizados. En la virtualidad es más claro que uno tiene que enfatizar en lo esencial, pero como en la educación básica eso no sucede, la virtualidad se torna muy aburrida. Aparentemente es un problema tecnológico, pero subyace uno mucho más grave de tipo pedagógico: la ausencia de propósitos y contenidos escolares pertinentes y contextualizados. Hay que volver a lo básico y esencial.
¿Cuál es su opinión
frente al modelo de alternancia propuesto por el Ministerio de Educación para
retomar las clases presenciales en agosto?
Me parece que no se
puede cumplir. Hay que reconocer que es un tema muy complejo, porque si los
niños no vuelven a los colegios, muchos padres no podrán retornar a sus
trabajos. Sin embargo, es difícil cumplir los protocolos de seguridad en los
colegios, porque los cursos tienen por lo general 40 niños y los espacios son
muy pequeños. ¿Qué hacemos? ¿Sacamos a 25 estudiantes por curso? ¿A cargo de
quién quedarían? ¿Qué tarea les asignamos? Las condiciones son difíciles de
cumplir, porque no hay espacios en los recreos que garanticen el aislamiento,
tampoco hay profesores de reemplazo que tomen algunos subgrupos o recursos para
cumplir con todas las normas de bioseguridad. En Francia, cuando volvieron las
clases, reapareció el brote y comenzaron a cerrar nuevamente algunos colegios.
Seguramente pasaría lo mismo aquí. En los colegios oficiales de Colombia no hay
restaurantes, patios ni rutas de transporte que permitan el aislamiento social.
En estas condiciones, muchos padres preferirían no enviar a sus hijos a los colegios.
Asimismo, hay que tener presente que es difícil decirle a un niño que no abrace
al otro y que se mantenga a distancia en la clase, el recreo o la ruta. Es un
tema muy complejo cuando se trata de niños menores.
¿Todos los estudiantes
que puedan deberían quedarse en casa?. Eso es lo primero y lo más importante.
Para poder lograrlo, tenemos que garantizar internet gratuito para los
profesores y estudiantes de bachillerato de los colegios y para los estudiantes
de las instituciones de educación superior. Por lo menos para los estudiantes
de estratos 0, 1 y 2. En el mediano plazo, eso terminaría siendo una inversión
pequeña, porque disminuiría la movilidad de la gente y los contagios por el
virus.
Por otro lado,
dispondría que los estudiantes menores vayan alternadamente a clase, el lunes
un subgrupo y el martes otro, y así sucesivamente. Solo así sería posible el
retorno a las aulas. Sin embargo, hay que ser poco optimistas. No hemos podido
garantizar las condiciones de bioseguridad para los médicos, dudo muchísimo que
seamos capaces de garantizar esas condiciones para los niños y sus maestros. En
Colombia ni los niños, ni la educación, ni los maestros han sido una prioridad.
Jovenes, las actividades las realizaran en sus cuadernos y me enviaran a mi wasap personal (3206813426) fotos claras de la resolucion de los talleres.
ResponderBorrarlas preguntas que tengan me las van dejando aqui en los comentarios o tambien me las pueden dejar en el facebook creado para trabajar con ustedes (https://www.facebook.com/harold.gomez.10297 ).
Hoy más que nunca jóvenes, vemos la importancia tan grande que tiene el saber leer bien, el saber leer y entender el texto que tienen enfrente. También se ve que es muy importante y necesario, el que tengan conocimientos de sistemas y computación claros, y cada vez más fuertes. Estamos en la sociedad de la información y deben mejorar sus conocimientos en este tema, para lograr un mejor desenvolvimiento en las actividades que la vida laboral y social, ira presentando cada dia............
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